Es indudable que con el paso del tiempo, se ha puesto de manifiesto que el padre es más que un proveedor material en la vida familiar, reconociéndose así, que los hijos necesitan no sólo se mantenidos físicamente, sino que requieren del sostén emocional que la figura paterna puede brindar.
Lo importante es que en todo momento los padres recuerden que su participación en la vida de sus hijos desde el primer día mejorará la relación con ellos a corto y largo plazo y los ayudará a desarrollarse mejor.
Tal como ocurre con la maternidad, a ser padre se aprende. Y a pesar de las limitaciones naturales, como suelen ser los horarios de trabajo amenacen con bloquear una relación cercana, es importante reconocer que los niños valoran más que sus padres les dediquen toda su atención unas horas al día a que pasen todo el día con ellos sin prestarles verdadera atención.
La calidad es mucho más importante que la cantidad. La cantidad de horas puede ser hueca, inconsistente. Es mejor poco pero bueno, que mucho pero mal. A un padre lo define su función, mas allá del tiempo que pase con su hijo
La función paterna es principalmente poner límites en esa relación entre madre hijo, crear el lugar para un tercero en esa simbiosis, intermediar esa relación, propiciando la separación, con amor pero estableciendo límites y trasmitiendo valores.
Es fundamental que recordar que todo momento es bueno para establecer un vínculo con los hijos. Desde el primer día, la relación padre-bebé se convierte en algo fundamental para ambos, aunque algunos padres se intimidan o no se atreven a jugar con el bebé delante de otras personas por temor a ser criticado si hace algo incorrecto o por miedo a hacer el ridículo.
Si la vergüenza es un problema para mantener una relación más estrecha con los hijos, que incluya por supuesto el contacto físico y la ternura, se pueden propiciar espacios íntimos donde uno como padre se sienta en la confianza para jugar, reír y hacer todo aquello que los hijos pueden inspirar.
En el transcurso de sus vidas, los niños que cuentan con un papá activamente involucrado en su crianza suelen desempeñarse mejor en varios aspectos del desarrollo infantil que aquellos niños que tienen un papá que no se involucra. Los de los padres que se involucran suelen poseer mayores habilidades para resolver problemas y desempeñarse mejor en situaciones frustrantes; suelen tener mejores habilidades sociales y un mejor entendimiento de los sentimientos de otras personas. La participación activa del papá contribuye al sentido del humor del niño, a su capacidad de prestar atención y el entusiasmo con el cual exploran y aprenden.
Pero no sólo en los niños se ven los beneficios: cada día existe mayor evidencia científica de que los papás que se involucran en la crianza de sus hijos son más saludables, participan más de actividades comunitarias, poseen una mejor relación con sus propios hermanos y padres, fortalecen sus relación de pareja, se vuelven más eficientes en el trabajo, se estresan menos por cuestiones laborales y tienen claro que su familia está en la cima de su lista de prioridades.
A continuación se mencionan 4 pasos para papá para iniciar o reforzar un mejor vínculo con los hijos:
Leer: todo lo que se pueda encontrar escrito sobre bebés, niños o adolescentes puede ser muy instructivo y útil para entender sus necesidades, las etapas que atraviesa y cual es el papel que se desempeña como padre en su maduración.
Estar: es importante intentar estar presente lo más que se pueda en la casa y alrededor de los hijos, sobre todo en los momentos que son importantes para ellos, siempre que el trabajo te lo permita. Aprovechar cada instante después del trabajo o durantes los fines de semana que se tenga libre para estar con el, salir a dar un paseo y construir con un vínculo con los hijos.
Practicar: cuantas más veces, se repitan las actividades y más tiempo se comparta, más se conocerá a los hijos y más rápidamente se podrán interpretar y satisfacer sus necesidades.
Incluirse: Aunque a veces mamá parece acapararlo todo, es importante hacerse presente, no desbancando a mamá, sino haciéndose parte de la unión.
A final de cuentas, cada hijo necesita un padre diferente y lo importante no es tener siempre la emoción y la actitud correcta, no existen padres ni hijos perfectos, lo esencial es siempre estar dispuesto a buscar aquello que fomente un vínculo estrecho y sólido con los hijos, sin importar los errores que ambos puedan cometer.
Lo importante es que en todo momento los padres recuerden que su participación en la vida de sus hijos desde el primer día mejorará la relación con ellos a corto y largo plazo y los ayudará a desarrollarse mejor.
Tal como ocurre con la maternidad, a ser padre se aprende. Y a pesar de las limitaciones naturales, como suelen ser los horarios de trabajo amenacen con bloquear una relación cercana, es importante reconocer que los niños valoran más que sus padres les dediquen toda su atención unas horas al día a que pasen todo el día con ellos sin prestarles verdadera atención.
La calidad es mucho más importante que la cantidad. La cantidad de horas puede ser hueca, inconsistente. Es mejor poco pero bueno, que mucho pero mal. A un padre lo define su función, mas allá del tiempo que pase con su hijo
La función paterna es principalmente poner límites en esa relación entre madre hijo, crear el lugar para un tercero en esa simbiosis, intermediar esa relación, propiciando la separación, con amor pero estableciendo límites y trasmitiendo valores.
Es fundamental que recordar que todo momento es bueno para establecer un vínculo con los hijos. Desde el primer día, la relación padre-bebé se convierte en algo fundamental para ambos, aunque algunos padres se intimidan o no se atreven a jugar con el bebé delante de otras personas por temor a ser criticado si hace algo incorrecto o por miedo a hacer el ridículo.
Si la vergüenza es un problema para mantener una relación más estrecha con los hijos, que incluya por supuesto el contacto físico y la ternura, se pueden propiciar espacios íntimos donde uno como padre se sienta en la confianza para jugar, reír y hacer todo aquello que los hijos pueden inspirar.
En el transcurso de sus vidas, los niños que cuentan con un papá activamente involucrado en su crianza suelen desempeñarse mejor en varios aspectos del desarrollo infantil que aquellos niños que tienen un papá que no se involucra. Los de los padres que se involucran suelen poseer mayores habilidades para resolver problemas y desempeñarse mejor en situaciones frustrantes; suelen tener mejores habilidades sociales y un mejor entendimiento de los sentimientos de otras personas. La participación activa del papá contribuye al sentido del humor del niño, a su capacidad de prestar atención y el entusiasmo con el cual exploran y aprenden.
Pero no sólo en los niños se ven los beneficios: cada día existe mayor evidencia científica de que los papás que se involucran en la crianza de sus hijos son más saludables, participan más de actividades comunitarias, poseen una mejor relación con sus propios hermanos y padres, fortalecen sus relación de pareja, se vuelven más eficientes en el trabajo, se estresan menos por cuestiones laborales y tienen claro que su familia está en la cima de su lista de prioridades.
A continuación se mencionan 4 pasos para papá para iniciar o reforzar un mejor vínculo con los hijos:
Leer: todo lo que se pueda encontrar escrito sobre bebés, niños o adolescentes puede ser muy instructivo y útil para entender sus necesidades, las etapas que atraviesa y cual es el papel que se desempeña como padre en su maduración.
Estar: es importante intentar estar presente lo más que se pueda en la casa y alrededor de los hijos, sobre todo en los momentos que son importantes para ellos, siempre que el trabajo te lo permita. Aprovechar cada instante después del trabajo o durantes los fines de semana que se tenga libre para estar con el, salir a dar un paseo y construir con un vínculo con los hijos.
Practicar: cuantas más veces, se repitan las actividades y más tiempo se comparta, más se conocerá a los hijos y más rápidamente se podrán interpretar y satisfacer sus necesidades.
Incluirse: Aunque a veces mamá parece acapararlo todo, es importante hacerse presente, no desbancando a mamá, sino haciéndose parte de la unión.
A final de cuentas, cada hijo necesita un padre diferente y lo importante no es tener siempre la emoción y la actitud correcta, no existen padres ni hijos perfectos, lo esencial es siempre estar dispuesto a buscar aquello que fomente un vínculo estrecho y sólido con los hijos, sin importar los errores que ambos puedan cometer.
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