viernes, 6 de febrero de 2009

NIÑOS POPULARES ¿QUE MARCA LA DIFERENCIA?

Psic. Blanca Cecilia Muñoz Magaña

Seguramente alguna vez hemos escuchado que Anita o Pedrito son muy populares en la escuela, que son aceptados y a veces imitados, que todos quieren jugar con ellos o estudiar con ellos, pero realmente ¿qué hace que sobresalgan de los demás, qué los hace tan populares?


Según algunos estudios que miden las relaciones sociales entre los miembros de un grupo, se puede obtener la información suficiente que indica la preferencia por algunos integrantes a diferencia de otros. La pregunta que surge es: ¿qué características tienen estos chic@s que los hace tan especiales?


Bueno comencemos por mencionar que los niños populares tienden a mostrarse saludables y vigorosos, capaces de mostrar iniciativa, piensan generalmente con originalidad, pero principalmente irradian autoconfianza mostrando seguridad en sus acciones, y cabe señalar que también suelen ser físicamente más atractivos que los no populares.
Los impopulares son los chicos marginados del grupo, los que no son tomados en cuenta para las actividades comunes de la escuela o las deportivas, los que escogen al último y que tristemente se preguntan ¿por qué no quieren jugar conmigo?


Esta condición puede deberse a muchas causas, algunas veces estos pequeños muestran agresión injustificada y hostilidad, otras veces puede ser por inmadurez con respecto a los demás, o porque están ansiosos y reflejan falta de confianza que repele a los compañeros.


¿Cómo ayudarlos?


Lo primero es darle la importancia adecuada a esta situación, ya que el sentimiento que provoca en los chicos es realmente de tristeza y baja la autoestima, porque además se están privando de una experiencia básica para su desarrollo: la positiva interacción con otros jovencitos que los ayuda a crecer como individuos. Además se proyectará con la forma de relacionarse posteriormente como adultos y de adaptarse a su medio.


Es importante ayudarlos a desarrollar habilidades sociales, por ejemplo que muestren interés en las conversaciones con los demás, que permitan abrirse a dialogar sobre ellos mismos, fomentar el ejercicio físico, ya que es un factor fundamental en la edad escolar, brindarles elementos que les ayuden a elevar su autoestima para que proyecten seguridad en sí mismos, y podemos ayudar creyendo nosotros también en ellos, darles confianza para que puedan externarla. Lo importante es que los niños sientan nuestro apoyo y cercanía en este proceso tan importante de adaptación al medio, no olvidemos que es la base, en gran medida, del hombre y la mujer del mañana.

Febrero: Ve con los ojos del amor


Divorcio: ayuda a tu hijo a superarlo juntos


Psic. Blanca Cecilia Muñoz Magaña

Es un hecho que en estos tiempos, éste ya no es un tema aislado o poco común, lo importante aquí es tomar en cuenta a los pequeños como parte del proceso e incluirlos a él, ya que siempre son los principales afectados.


Citaremos algunos consejos que ayudarán a los hijos y a los padres a adaptarse a este cambio tan radical.
  • A todos los niños se les debe decir en el momento mismo del divorcio en un lenguaje adaptado a su edad. Muchas veces cuando los niños son pequeños, no se les avisa del divorcio porque creemos que no van a entender, sin embargo ellos resentirán un cambio y es necesario que se les explique, con palabras adecuadas a su edad, lo que sucederá. Deben estar ambos padres para que los pequeños sepan que seguirán estando disponibles para ellos.

  • A los niños se les debe contar sólo lo que ellos necesitan saber. Para ellos ambos padres deben permanecer como figuras fuertes e importantes y no es necesario darles detalles de quién tuvo o no la culpa. En este momento necesitan el mayor apoyo emocional posible, y esto podría confundirlos aún más.


  • Los niños necesitan saber que no han causado el divorcio. Los chicos suelen pensar que ellos hicieron algo “malo” para que esto haya sucedido y cargan con esa culpa, por eso es importante dejar muy claro esto para no aumentar el peso del ya difícil proceso.


  • Los padres deben hacer énfasis en la irrevocabilidad de su decisión. La fantasía de que los padres se volverán a reunir es casi universal. Mientras piensen esto, no pueden progresar en la aceptación de la realidad. Una vez que dejen de creer que tienen el poder de reunir a sus padres, pueden dedicarse a disminuir la pena de la ruptura.

  • Los arreglos para el cuidado del niño deben explicarse rigurosamente. Muchas veces lo niños tienen el temor de ser abandonados, por lo que necesitan la certeza de que sus padres seguirán preocupándose por ellos. Los padres deberán explicarles detalladamente los arreglos de la custodia.

  • A los niños se les debe asegurar que ambos padres siguen amándolos. Hay que dejarles en claro que el divorcio no es entre padres e hijos y que ambos seguirán al pendiente de ellos.

  • Se debe animar a los chicos a expresar temor, tristeza e ira. Al expresarlas abiertamente pueden reconocerlas y entenderlas; los padres pueden ayudar admitiendo las propias.

  • Se deben colocar límites al comportamiento de los niños. Es importante que sepan y sientan que se les ama lo suficiente para impedirles que pierdan el control.

  • Los padres en guerra deben declarar la tregua cuando están con los niños. Sabemos que no todos los padres quedan como amigos, pero sí es de gran ayuda que cooperen en cuanto a la educación de los hijos.

  • Los pequeños no deben ser usados como armas. Los niños sufren cuando se les obliga a transmitir mensajes hirientes o cuando se les hace tomar partido. Los padres deben saber que esto los daña fuertemente porque para ellos ambos son figuras de amor e identificación.

  • La vida de los niños debe cambiar lo menos posible. Sabemos que este proceso ya es un cambio muy drástico como para agregar nuevos, es decir, evitar en lo posible los cambios de residencia, de escuela, evitar quitarles actividades que disfruten para que se adapten lo mejor posible a su nueva vida.


    Sabemos que en muchos casos es difícil saber qué hacer o qué es lo mejor para los chicos y para los padres, éste cambio ya es en sí complicado y doloroso; lo importante es reconocer que si necesitamos ayuda, podemos conseguirla con un profesional que nos acompañe y a nuestros hijos para que de la mejor forma podamos adaptarnos a este cambio y no deje huellas permanentes en los niños que les impidan relacionarse o en un futuro formar ellos su propia familia.

¡Este 2009 atrévete a ser diferente!