Psic. Blanca Cecilia Muñoz Magaña
Es un hecho que en estos tiempos, éste ya no es un tema aislado o poco común, lo importante aquí es tomar en cuenta a los pequeños como parte del proceso e incluirlos a él, ya que siempre son los principales afectados.
Citaremos algunos consejos que ayudarán a los hijos y a los padres a adaptarse a este cambio tan radical.
- A todos los niños se les debe decir en el momento mismo del divorcio en un lenguaje adaptado a su edad. Muchas veces cuando los niños son pequeños, no se les avisa del divorcio porque creemos que no van a entender, sin embargo ellos resentirán un cambio y es necesario que se les explique, con palabras adecuadas a su edad, lo que sucederá. Deben estar ambos padres para que los pequeños sepan que seguirán estando disponibles para ellos.
- A los niños se les debe contar sólo lo que ellos necesitan saber. Para ellos ambos padres deben permanecer como figuras fuertes e importantes y no es necesario darles detalles de quién tuvo o no la culpa. En este momento necesitan el mayor apoyo emocional posible, y esto podría confundirlos aún más.
- Los niños necesitan saber que no han causado el divorcio. Los chicos suelen pensar que ellos hicieron algo “malo” para que esto haya sucedido y cargan con esa culpa, por eso es importante dejar muy claro esto para no aumentar el peso del ya difícil proceso.
- Los padres deben hacer énfasis en la irrevocabilidad de su decisión. La fantasía de que los padres se volverán a reunir es casi universal. Mientras piensen esto, no pueden progresar en la aceptación de la realidad. Una vez que dejen de creer que tienen el poder de reunir a sus padres, pueden dedicarse a disminuir la pena de la ruptura.
- Los arreglos para el cuidado del niño deben explicarse rigurosamente. Muchas veces lo niños tienen el temor de ser abandonados, por lo que necesitan la certeza de que sus padres seguirán preocupándose por ellos. Los padres deberán explicarles detalladamente los arreglos de la custodia.
- A los niños se les debe asegurar que ambos padres siguen amándolos. Hay que dejarles en claro que el divorcio no es entre padres e hijos y que ambos seguirán al pendiente de ellos.
- Se debe animar a los chicos a expresar temor, tristeza e ira. Al expresarlas abiertamente pueden reconocerlas y entenderlas; los padres pueden ayudar admitiendo las propias.
- Se deben colocar límites al comportamiento de los niños. Es importante que sepan y sientan que se les ama lo suficiente para impedirles que pierdan el control.
- Los padres en guerra deben declarar la tregua cuando están con los niños. Sabemos que no todos los padres quedan como amigos, pero sí es de gran ayuda que cooperen en cuanto a la educación de los hijos.
- Los pequeños no deben ser usados como armas. Los niños sufren cuando se les obliga a transmitir mensajes hirientes o cuando se les hace tomar partido. Los padres deben saber que esto los daña fuertemente porque para ellos ambos son figuras de amor e identificación.
- La vida de los niños debe cambiar lo menos posible. Sabemos que este proceso ya es un cambio muy drástico como para agregar nuevos, es decir, evitar en lo posible los cambios de residencia, de escuela, evitar quitarles actividades que disfruten para que se adapten lo mejor posible a su nueva vida.
Sabemos que en muchos casos es difícil saber qué hacer o qué es lo mejor para los chicos y para los padres, éste cambio ya es en sí complicado y doloroso; lo importante es reconocer que si necesitamos ayuda, podemos conseguirla con un profesional que nos acompañe y a nuestros hijos para que de la mejor forma podamos adaptarnos a este cambio y no deje huellas permanentes en los niños que les impidan relacionarse o en un futuro formar ellos su propia familia.
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