Desmitificando los poderes de uno de los más importantes inventos de la historia, la televisión no produce ningún daño irreversible en ninguna persona que se expone a ella, siempre y cuando sea utilizado con responsabilidad y prudencia. Mucho se cree de cómo éste aparato de transmisión afecta la conducta de nuestros niños, lo cual ha sido motivo de grandes estudios de campo, los cuales han siempre arrojado contrastantes resultados: se dice que la sobre exposición a violencia, y sexo, pueden generar conductas nocivas en los niños, los cuales tienden a ser impresionables e imitar todo lo que ven en la tele, por otro lado, también se ha demostrado que el temperamento y carácter del niño son los causantes de dicha imitación: en un niño violento, la televisión es el detonante para explotar esta mala conducta. Lo que es un hecho es que estas creencias tienden a generalizarse, y si buscamos la manera, cualquier medio de comunicación resulta perjudicial no sólo para un niño, sino para el público en general.
Responsabilidad y Prudencia: la gran diferencia en el televisor.
Un gran mito sobre la televisión, consiste en prohibir terminantemente verla, si bien, ver la tele, le resta al niño importantes horas que pudiera aprovechar en otras actividades recreativas, también es cierto que éste medio ofrece una programación didáctica, que mucha de la programación televisiva, constituye un tema de conversación entre infantes en la cual el niño no podrá ser participe. La exclusión total de la tele es una medida drástica e infructuosa. Es conveniente entonces, regular las horas de tele, dos como máximo pero sobre todo cuidar la programación. Debemos tomarnos el tiempo para conocer lo programas que ven nuestros niños, saber que canales son enfocados para ellos y cual se adecua a la personalidad de tu niño.
Un error común: la televisión como niñera. No sólo crea un mal hábito en los niños, te impide cuidar lo que ven, suma tiempo innecesario a sus horas permitidas de tele. Remedia éste error: los niños más chiquitos pueden entretenerse con un libro para iluminar y crayones, lo cual también puedes llevar cuando vas de visita a alguna casa con tus niños y mantenerlos en control. Ésta es una actividad recreativa y ordenada. Otras opciones para lo más grandes son los rompecabezas. Cuando no quede otro remedio, opta siempre por ponerles una película, tendrás más dominio sobre lo que ven y no se expondrán a la publicidad de golosinas, refrescos etc.
Si es tu deseo que tu niño viva informado del acontecer mundial, es labor de los padres cumplir ésta misión. Lamentablemente, los noticieros suelen incluir las escenas más violentas que se emiten por televisión y lo más grave, son reales. Es más fácil imitar un hecho real, que la situación de una caricatura.
En la televisión, como en cualquier aspecto, la formación que los padres den a su niño es lo que definirá su reacción: fomenta en ellos la confianza, la amabilidad y la disciplina. Ayúdalo a tener un criterio propio por muy corta que sea su edad. Llegado el momento, el mismo será quién elija que es lo que quiere ver y tú te sentirás más reconfortado confiando en que hará una elección sabia.
Responsabilidad y Prudencia: la gran diferencia en el televisor.
Un gran mito sobre la televisión, consiste en prohibir terminantemente verla, si bien, ver la tele, le resta al niño importantes horas que pudiera aprovechar en otras actividades recreativas, también es cierto que éste medio ofrece una programación didáctica, que mucha de la programación televisiva, constituye un tema de conversación entre infantes en la cual el niño no podrá ser participe. La exclusión total de la tele es una medida drástica e infructuosa. Es conveniente entonces, regular las horas de tele, dos como máximo pero sobre todo cuidar la programación. Debemos tomarnos el tiempo para conocer lo programas que ven nuestros niños, saber que canales son enfocados para ellos y cual se adecua a la personalidad de tu niño.
Un error común: la televisión como niñera. No sólo crea un mal hábito en los niños, te impide cuidar lo que ven, suma tiempo innecesario a sus horas permitidas de tele. Remedia éste error: los niños más chiquitos pueden entretenerse con un libro para iluminar y crayones, lo cual también puedes llevar cuando vas de visita a alguna casa con tus niños y mantenerlos en control. Ésta es una actividad recreativa y ordenada. Otras opciones para lo más grandes son los rompecabezas. Cuando no quede otro remedio, opta siempre por ponerles una película, tendrás más dominio sobre lo que ven y no se expondrán a la publicidad de golosinas, refrescos etc.
Si es tu deseo que tu niño viva informado del acontecer mundial, es labor de los padres cumplir ésta misión. Lamentablemente, los noticieros suelen incluir las escenas más violentas que se emiten por televisión y lo más grave, son reales. Es más fácil imitar un hecho real, que la situación de una caricatura.
En la televisión, como en cualquier aspecto, la formación que los padres den a su niño es lo que definirá su reacción: fomenta en ellos la confianza, la amabilidad y la disciplina. Ayúdalo a tener un criterio propio por muy corta que sea su edad. Llegado el momento, el mismo será quién elija que es lo que quiere ver y tú te sentirás más reconfortado confiando en que hará una elección sabia.
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